Martes, 05 de julio de 2016

En la primera carta a Timoteo, capítulo 2, verso 15, Pablo está hablando del parto, pero no de éste como un mecanismo de salvación ¿Cuál parto? El contexto nos refiere a Eva, la cual pecó antes que Adán. Por ello ha dicho a continuación que la mujer sería salvada entre el parto, por el parto, en el parto (recordemos que el castigo particular que le impuso Dios a Eva fue el parir con dolor, reprimenda que vino después de la gran promesa de enviar al Salvador a través de Eva misma). El argumento de Pablo descansa en el hecho de la promesa y no del castigo que se le hizo a la humanidad a través de la serpiente (Génesis 3:15).

La mujer fue el último acto de creación de Dios pero llegó a ser la primera persona en cometer transgresión. Esto presupone el rechazo en la administración eclesiástica para ocupar la distinción de ser maestra o instructora en la congregación. Pero una reivindicación se levanta para suavizar el castigo, el hecho de que a Eva le fue dada la promesa (implícita en la declaración de Génesis 3:15) aún en medio de la maldición por el pecado.

Parte de ese castigo a la mujer era el parir con dolor y el que su deseo sería para su marido, quien se enseñorearía de ella. Ese enseñorearse continúa vigente en la administración de la iglesia, por cuanto a la mujer no le fue dado el hacer lo contrario: enseñorearse del hombre ni mostrar su primacía en la dispensación eclesiástica. Pero a pesar de ello, la reivindicación es instantánea, no en el hecho religioso administrativo sino en algo que es de supremo valor: el parto.

¿Qué significa el parto en este contexto? No pensemos que se trata forzosamente de solamente traer niños al mundo sino del hecho simbólico que conlleva el término. Ya los griegos habían hablado de que los hombres y mujeres parían conjuntamente, en sentido metafórico. Asimismo habían escrito que miríadas del tiempo habían parido noches y días enteros. No olvidemos la formación intelectual del apóstol quien se ocupaba de leer diversos papiros y conocía libros de diversos poetas griegos, de manera que la metáfora de parir no le era ajena.

El parto en el contexto de Pablo a Timoteo se contrapone al hecho de lo que enseñaban los falsos maestros que prohibían casarse y mandaban abstenerse de alimentos (1 Timoteo 4:3). Pablo le está diciendo a su discípulo amado que sí se pueden casar, que el tener hijos es necesario y natural. Pero de igual forma viene a recordar aquel hecho maravilloso de haber dado a luz al Niño que salvaría a su pueblo de sus pecados. Dado que Pablo al hablar de las mujeres en la iglesia toma el modelo de Eva -tanto en la transgresión como en la promesa recibida- nos recuerda el rol sin sustitución de la mujer. Por un lado haber sido portadora de la promesa de dar a luz al Salvador, pero por otro lado su misión en la educación de los niños. Quien se ocupó del niño Jesús fue María, su madre. Ella le enseñó sus primeros pasos y parte del deber ser de un niño judío. Asimismo, la mujer en la iglesia debe recordar este ministerio insustituible, pues no le correspondió a varón alguno semejante promesa en el Génesis.

Existe un uso metafórico en el acto de parir o tener un parto. No solo refiere al hecho físico de uno de los efectos finales del apareamiento, sino que evoca a la crianza o educación de los niños. Desde luego que la salvación de la mujer no proviene de su paridera, sino de haber creído en Jesucristo como el Hijo de Dios, el que vino a salvar a su pueblo de sus pecados. Si ha sido elegida por Dios para salvación será salvada, sin lugar a dudas al igual que el hombre. Otro análisis de la proposición escrita nos conduce a tomar en cuenta el sentido de la expresión será salvada. La salvación puede también referir a la redención social o administrativa, ya que el verbo salvar no siempre refiere a la salud eterna sino también a la salud temporal de la administración humana. Pese al castigo otorgado a Eva, ella será salvada de todo eso con su actividad que la enaltece: el cuidar a los niños para entrenarlos en el camino hacia el Señor. Así parece recordárselo el apóstol a todas las mujeres de la comunidad cristiana, evocando la misión otorgada a Eva en el Génesis. Esa misión no fue otorgada a Adán sino a su mujer, pero no vemos protesta alguna entre los hombres contra esta prerrogativa otorgada por Dios al género femenino.

El verbo τεκνω, de donde proviene el término en cuestión que ocupa a Pablo, teknogonía, tiene también el sentido de proveer con niños; no sólo el acto de parir sino además el de adoptar, sin olvidar el sentido metafórico que puede acompañar.  En el contexto de la carta el apóstol señalaba que la mujer debe aprender en silencio en la iglesia. Bien, esto suena odioso en un mundo donde el feminismo influye en cada banco del templo, donde la reivindicación de los derechos de la mujer ha sido una bandera aceptada por diversas instituciones. Asumir tal recomendación es un reto para el cristiano contemporáneo, pero nunca un desatino contra la mujer.

En otros contextos el mismo apóstol reconoció el derecho del hablar público de la mujer, como era el caso de cuando se profetizaba. Por otro lado existían vírgenes entregadas al servicio de la iglesia y de Dios que eran salvadas (muy a pesar de no tener hijos). Por lo tanto, no podemos inferir que la salvación en las mujeres es por obra de partos, más bien hay que entender el exhorto apostólico como una medida de orden en la administración eclesiástica.

La preposición día en griego, cuando va con un caso en genitivo, significa muchas cosas: por, a través de, por causa de, junto a, en el medio de, a partir de, entre. La expresión dia teknogonía puede traducirse de diversas formas, no solamente por causa del parto. Pablo pudo querer decir que la mujer será salvada en medio de la maternidad, por el Mesías que nació de una mujer. En esta proposición no se implica que será salvada gracias al parir de ella, sino en medio del parto. ¿Qué significa todo esto? Que pese a que el parto con dolor es un castigo, la mujer será salvada del castigo, de su transgresión vieja y actual, gracias a que persevera en la fe asumida. Nunca gracias a los partos que pudiera tener.

Aquel castigo sobre la mujer del Génesis, de parir con dolor, muestra la sentencia infalible del Dios de la creación. Pese a ese hecho notorio la mujer también es salvada por el Mesías anunciado,  la simiente de la mujer (de Eva y sus seguidoras hasta que la promesa fue cumplida), el linaje escogido de David. Es decir, muy a pesar de que genera sus hijos en medio del dolor y con mucho dolor, la mujer sería también rescatada de este mundo pecador.

Ya no les toca a los levitas el llevar el templo, el hacer las plegarias, sino que eso vino a ser un oficio para todos los hombres en el evangelio. Asimismo la mujer cristiana debe ser modesta y no vanidosa, adornada no de joyas preciosas sino de buenas obras. La mano que mece la cuna tiene mucha apuesta en la futura persona que levanta. El oficio de la enseñanza en la iglesia es uno de autoridad, pero a la mujer no le ha sido dado el cumplir este rol. Ella puede enseñar a sus hijos (si los tiene) en el principio de la buena religión. Por supuesto que deben ellas también aprender lo concerniente a la materia de la salvación, pero sin la pretensión de usurpar la autoridad. La mujer y el hombre han de recordar que somos salvos por el Mesías nacido de una mujer. El hombre debe también tratar con gentileza, ternura y afecto a su compañera de vida, por cuanto eso se implica de la relación de amor que le debe. Jamás el ejercicio de la autoridad concedida podrá ser un instrumento de despotismo o maltrato en ningún sentido.

Fue Pedro quien escribió acerca del estorbo que conlleva para nuestras oraciones el irrespeto a la esposa:  De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida.  Así nada estorbará las oraciones de ustedes (1 Pedro 3:7).

César Paredes

[email protected]

destino.blogcindario.com        

 

 


Tags: SOBERANIA DE DIOS

Publicado por elegidos @ 11:58
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios