Mi?rcoles, 18 de noviembre de 2015

La gente acude a las iglesias evangélicas creyendo que están en la verdad. Su verdad es una oposición en parte a la del catolicismo y con ello se satisfacen. Como dicen no adorar ídolos, ni pedirle a los muertos por su vida, se sienten conformes. Ellos piensan que por no rezarle a la virgen son la gran oposición a la iglesia romana, aunque sigan parte de su teología sin saberlo. ¿Sabía usted que el 85% de los evangélicos son de corte arminiano? Los arminianos provienen de la teología de Arminio, un teólogo de la época de la Reforma Protestante cuyas ideas fueron sembradas por los jesuitas como una droga esparcida en medio de las nuevas iglesias anticatólicas. En esa teología se enseña que el hombre no está totalmente muerto en delitos y pecados sino enfermo, por lo tanto tiene habilidad para sanarse o para buscar la medicina espiritual. Asimismo se educa a los feligreses en el hecho de que si hubo elección ésta se hizo conforme a una previsión divina. En otros términos, Dios vio en el túnel del tiempo quién habría de salvarse y por lo tanto lo predestinó para tal fin. En virtud de lo dicho se añade un tercer punto, que la muerte de Cristo se hizo por toda la humanidad sin excepción. Entonces, Jesús murió por Judas Iscariote, por el Faraón de Egipto, por el hombre de pecado (Anticristo), por aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero desde la fundación del mundo (Apocalipsis 17:8), por los réprobos en cuanto a fe, cuya condenación no se tarda (2 Pedro 2:3 y 2 Timoteo 3:8), por los hijos del diablo (Juan 8: 48), por las cabras (Mateo 25:31) y no solo por las ovejas (Juan 10:11,26), por los que el Padre no lleva a Cristo (Juan 6:44, 65,66) y aún por aquellos que el Padre en el túnel del tiempo, según ellos dicen, previó que no querrían ir a Él.

Pero hay más, los arminianos sostienen que la gracia de Dios se puede resistir. El Espíritu Santo es un Caballero que insiste en el corazón del pecador pero no impone la justicia de Cristo. Con esta actitud se asegura que el ficticio libre albedrío humano sea respetado. Jesucristo está rogando con el corazón herido a la espera de que alguien se le acerque y le diga: Jesús, entra a mi vida. Y es que para el arminiano Cristo hizo su parte en la cruz y ahora le toca al hombre hacer la suya. A este fenómeno la teología lo llama sinergismo, un trabajo conjunto entre Dios y el hombre en materia soteriológica (de salvación). Un último elemento se agrega en esta distorsionada y antibíblica teología, los llamados creyente o santos perseveran hasta el fin por sus propios medios, ya que si creyeron sin coacción ni coerción de parte de Dios perseverarán hasta el fin bajo el mismo criterio. Si no lo hacen perderán su salvación.

Justo es reconocer que hay variaciones dentro de estos cinco puntos de la teología jesuita arminiana, ya que algunos evangélicos no comparten del todo alguno o algunos de esos puntos. Pero resulta por demás un contrasentido el asumir alguno de ellos por cuanto va contra lo que enseñan las Escrituras. La Biblia dice que la humanidad no regenerada está muerta en sus delitos y pecados (Efesios 2:1,5 y Colosenses 2:13), y sabemos que los muertos no caminan ni ven, de manera que no tienen voluntad para alcanzar la medicina que les devuelva a la vida. Esa muerte ocurrió en virtud de la amenaza del Génesis, el día que de él comiereis ciertamente moriréis.  Además, la paga del pecado es muerte. Los jesuitas sostienen que el hombre no está muerto sino enfermo; siguiendo al viejo teólogo Pelagio le mostraron a Arminio lo que tenía que predicar en el seno de las iglesias protestantes recién nacidas en Europa.

La Biblia agrega que antes de que Jacob y Esaú hicieran bien o mal ya Dios los había escogido para fines opuestos. Con ello se deduce que la elección divina es incondicional y no sujeta a las buenas o malas obras (Romanos 9:11,14). Agrega la Escritura que Jesucristo moriría por su pueblo (Mateo 1:21) y no por toda la humanidad, sin excepción. En Juan 17:9 Jesús dice específicamente que no ruega por el mundo, justamente la noche antes de su expiación por las ovejas (Juan 10:11,26); mal podría al día siguiente morir por toda la humanidad, sin excepción. Se añade que nadie puede resistir la voluntad de Dios (Romanos 9:19; 11:29). Finalmente se lee en la Biblia que las ovejas están guardadas en las manos del Señor y en las manos de su Padre (Juan 10:28), de manera que nadie las puede arrebatar (esa es la preservación final de los santos).

En síntesis, la teología evangélica arminiana es contraria a las Escrituras. Es una verdadera herejía seguida por el 85% de los evangélicos que creen estar en la verdad. A ellos el Señor también les dirá en el día final nunca os conocí. Pero hoy día les dice a los que son parte de su pueblo, salid de ella, pueblo mío (salid de Babilonia), cambien de mentalidad (arrepentíos) y creed el evangelio. El evangelio es la buena noticia para los elegidos de que Jesucristo pagó por los pecados de su pueblo, de que él es la justicia de Dios por la cual somos justificados todos los que representó en la cruz. Este es el regalo más grande para los que el Padre eligió desde antes de la fundación del mundo. Nunca se podrá creer un evangelio aparente, una noticia que no es buena del todo, una combinación de verdad con la mentira, porque la regeneración que el Espíritu Santo hace en su pueblo implica la asunción del verdadero mensaje de salvación. Jamás Dios deja en la ignorancia teológica o espiritual a sus hijos que Él mismo ha hecho nacer de nuevo.

La gran pregunta final es ¿qué estás creyendo tú? No os hagáis partícipes de las plagas que siguen a los que profesan un evangelio diferente al enseñado en las Escrituras, pues si alguno así lo hace llega a ser anatema (esto es, maldito).

César Paredes

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Tags: SOBERANIA DE DIOS

Publicado por elegidos @ 6:21
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