Lunes, 18 de noviembre de 2013

Uno se plantea cómo puede ser posible la enorme trascendencia de la doctrina del evangelio diferente que se vive hoy día alrededor del mundo. No tiene mucho sentido el andar señalando como apóstatas a aquellos que jamás han militado en el verdadero evangelio. Justo es notar que estar con los que son de la verdad no hace que se pertenezca a la verdad. El apóstol Juan lo sintetizó magníficamente: salieron de nosotros pero no eran de nosotros. El asunto es muy sencillo, para poder ser apóstata de una doctrina se debe asumir y gustar primero la doctrina que se promulga en un grupo; de manera que muchos de los que hoy día son llamados apóstatas lo son en un sentido, en cuanto se han apartado de la ideología a la que pertenecían.

Pongamos algún ejemplo: un católico puede apostatar de su catolicismo si de repente se convierte en un masón católico; o tal vez si se torna ecuménico. Pero eso es válido siempre y cuando dentro de la doctrina del catolicismo el ser masón o ecuménico sea contrario a sus preceptos. Es común ver a predicadores evangélicos que son denunciados como apóstatas por sus antiguos copartidarios;  debemos preguntarnos desde la otra esquina qué doctrina tienen tanto los denunciados como los denunciantes, para poder hacernos eco de semejante señalamiento.

El evangelio diferente ha sido sembrado desde el Edén, si quisiéramos generalizar muy extensivamente. No moriréis, fue la frase proferida por la serpiente antigua, sino que seréis como dioses. Pero esa mentira quedó en evidencia no solamente por la muerte de Abel sino por la declaración apostólica acerca de que el hombre está muerto en sus delitos y pecados. Jesucristo le dijo a un maestro de la ley que era necesario volver a nacer, pero no se refería al nacimiento físico sino al del Espíritu de Dios. Hoy día vemos diversas formas del evangelio diferente, aunque dentro del Protestantismo hay uno muy extendido por doquier, al punto de que sus fieles (y el resto del mundo) lo miran como la más absoluta verdad bíblica.

La imitación más idónea hecha por el artífice de la mentira ha sido ese evangelio distinto al enseñado como fundamento por los apóstoles. ¿Quién se atreve a dudar de aquellos fieles que van domingo tras domingo a una iglesia, que desecharon su adoración a los muñecos que otros llaman santos, ídolos o dioses? Estos feligreses son constantes en sus alabanzas a quien ellos consideran Dios. Se instruyen en las Escrituras y, como los rabinos antiguos, son capaces de recitar de memoria sus textos; son celosos como los viejos judíos, no conforme a ciencia.

Veamos unos ejemplos de este evangelio diferente: 1) a la declaración bíblica de que toda la humanidad es nada y como menos que nada, y de que la justicia humana es como trapo de inmundicia, además de que no hay quien busque a Dios, ni siquiera un justo entre los hombres, los militantes del evangelio diferente dicen que existe la caída pero no completa. El hombre tiene la gracia habilitante y por lo tanto puede decidir en base a lo que ellos han denominado el libre albedrío. Por cierto, Roma desde el Concilio de Trento ha llamado maldito a todo aquel que niegue que el hombre no coopera con la gracia de Dios, en virtud de su libre albedrío. En este sentido, los del otro evangelio siguen a Roma con esta doctrina; 2) cuando la Biblia dice que Dios escogió a Jacob y a Esaú en forma independiente de sus obras (antes de que hiciesen bien o mal), el evangelio de la imitación argumenta que Dios previó la buena disposición de Jacob y por eso lo amó, pero en Esaú Dios no influyó para nada en la decisión de vender su primogenitura, y él mismo se condenó; 3) las Escrituras señalan que Jesús vino a morir por los pecados de su pueblo (Mateo 1:21), que puso su vida por las ovejas (no por los cabritos, como Judas o Caín), pues nadie va a él si no le fuere dado del Padre, que no rogó por el mundo la noche antes de su crucifixión sino solamente por los que el Padre le había dado y le daría por la palabra de ellos. Pero los seguidores de la falsa doctrina sostienen que Jesucristo cargó con los pecados de toda la humanidad, de tal forma que murió por Judas y aún por el Anticristo, pues éste es llamado el hombre de pecado. Con esta asunción el hombre es juzgado dos veces o la expiación no le sirvió de nada a los que son condenados; 4)Irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios, de tal forma que no hay quien detenga la mano del Señor y le diga qué haces, ya que él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra (Daniel 4: 35). No obstante esta declaración bíblica, el evangelio diferente dice que cada quien puede resistir la gracia que Dios ofrece a toda la humanidad y que la prueba de ello son los que se condenan; 5) las ovejas que son propias del Buen Pastor nadie las puede arrebatar de su mano, ni de la mano de su padre (Juan 10), pero el evangelio de la imitación habla lo contrario: cada quien puede perder su salvación, así como volverla a recuperar si los pecados no son tan caros.

Tal parece que a pesar de los errores doctrinales, este falso evangelio prospera y ha llegado a ser por antonomasia el evangelio que las multitudes miran. ¿Qué tiene de excitante tal enseñanza? Es posible que la idea de elegir le brinda autonomía al ser humano; de igual forma, la falacia del libre albedrí(o la otra falacia de la gracia habilitante) permite a los que dudan de si serán o no llamados incorporarse voluntariamente a las filas del cristianismo. Ellos parecieran corregir las palabras del Señor y transformarlas; ahora les suena mejor muchos son los llamados como muchos los escogidosel camino a la salvación es ancho y cómodo. Además, este evangelio diferente amplía sus horizontes en pro de llenar las bancas de sus iglesias, en la pretensión de que de esa manera Dios no podrá ignorar la buena voluntad de la gente allí presente.

En resumen, hablar de apostasía es relativo; depende de qué se apostata. Esta gente nunca ha sido de nosotros, diría el apóstol Juan, mas ¿por qué son apóstatas?  Los que apostatan de la fe son aquellos que una vez oyeron la verdad bíblica y gustaron un poco de ese conocimiento, mas al final no soportaron ni las pruebas ni la atracción del mundo, por lo tanto huyeron de nosotros hacia otra forma de doctrina.

César Paredes

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Tags: SOBERANIA DE DIOS

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