Domingo, 10 de noviembre de 2013

Arminio fue un teólogo que enseñó la elección condicionada de Dios fundamentada en lo que veía (la presciencia), pero además sostuvo que la expiación había sido universal. Esto último se contradice con lo primero, por cuanto si Dios previó quién habría de creer y quién no iba a creer, no tiene sentido que Jesucristo muriera aún por aquellos que no creerían jamás. De igual forma, Arminio también expuso la depravación parcial de la humanidad, en tanto le asiste el libre albedrío para poder decidir (¿cómo puede el ser humano tomar una decisión en relación a Jesucristo si está totalmente depravado? Un muerto en delitos y pecados no puede decidir nada, por lo tanto, el hecho de tomar una decisión libre de influencias presupone que el hombre no murió en el Edén como lo había anunciado Jehová). La gracia, sostuvo Arminio, es resistible (opuesto a lo que el Espíritu Santo enseña en Romanos 9, cuando levanta la figura del objetor que exclama: ¿por qué, pues, inculpa? Pues, ¿quién ha resistido a su voluntad?). Por supuesto, si el hombre puede resistir al Espíritu Santo entonces una vez salvo puede perderse, ya que las manos del Padre y del Hijo no son suficientes para el todopoderoso libero arbitrio de los hombres.

Si miramos la Biblia de cerca vemos que Dios eligió a su pueblo en Cristo desde antes de todos los tiempos (antes de la fundación del mundo, dice Efesios 1:4). En ese momento la humanidad no había hecho ni bien ni mal -como también señala Romanos 9-, de manera que la elección de Dios no  pudo fundamentarse en las actividades previstas por parte del Creador. La elección no se basó en obra humana alguna sino en el amor de quien elige. Debemos tener bien claro que decidir a favor de Jesucristo es una obra, por lo tanto aún esa decisión estuvo por fuera en el propósito de Dios; pero por otro lado, dicha decisión no pudo nunca ser posible por cuanto la humanidad entera murió en sus delitos y pecados.

De la misma forma, la Biblia nos enseña que Jesucristo hizo su sacrificio en la cruz en favor de su pueblo escogido y no por el mundo. Cristo amó a la iglesia y se entregó asimismo por ella (Efesios 5:25), iglesia a la que el Señor añade cada día los que han de ser salvos (Hechos 2:47). El Buen Pastor dijo que pondría su vida por las ovejas (no por las cabras); Jesús no rogó por el mundo sino por los que  el Padre le había dado (Juan 17:9 y 10:15).

La Biblia también nos enseña que la humanidad entera está muerta en sus delitos y pecados (en total depravación): Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados (Efesios 2:1); los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios (Juan 1:13).

Si no fuese por su gracia irresistible, nadie sería salvo. Para que la gracia de Dios sea irresistible  Él tiene que ser Todopoderoso e imponer   su criterio en todo cuanto quiera. El principio lógico sería:  Si Dios no puede ser resistido, su gracia tampoco puede ser resistida. Por eso es que la Biblia nos enseña que Dios es absolutamente soberano: Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? (Daniel 4:35); Pues quién ha resistido a su voluntad (Romanos 9:19); Aleluya, porque nuestro Dios Omnipotente reina (Apocalipsis 19:6); Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios (Romanos 11:29); Dios es juez justo y Dios está airado contra el impío todos los días (Salmo 7:11); ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? (Amós 3:6);¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? (Jeremías 29:11).

También enseña la Biblia que las ovejas propias del Buen Pastor no perecerán jamás, pues están en las manos del Padre y del Hijo. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre (Juan 10:27-29). Por otro lado, tenemos la declaración escrita en Romanos 8, la cual asegura que los que son conocidos (amados) por Dios son predestinados, llamados, justificados y glorificados, y todos ellos son las ovejas, los amigos de Jesucristo, la iglesia por la cual dio su vida y a la cual representó, son su pueblo, el propósito de su venida (Mateo 1:21).

LAS ENSEÑANZAS DE ARMINIO

Las enseñanzas de Arminio son absolutamente falsas y son todas ellas contrarias a las Escrituras. Acá no puede nadie presumir de acercamiento a tales herejías alegando que su doctrina se enfoca desde una perspectiva diferente. Sencillamente es otro evangelio, un evangelio diferente y maldito (Gálatas 1:8-9). Ese otro evangelio diferente es meritorio de condenación por contener una falsa doctrina. Muchos han salido en defensa de tal enseñanza argumentando la falacia de la parte por el todo, esto es, si una parte es verdadera el todo también lo será. A eso llaman arminianismo inconsistente, como si eso fuese lógico y veraz. Pero Dios nos ha encargado juzgar con justo juicio, no nos ha encomendado a absolver con justo juicio. Las enseñanzas de Arminio acerca de la elección condicional, la expiación universal, la depravación parcial del hombre, la gracia resistible y la posibilidad de caer de la gracia son contrarias a las Escrituras, son falsas y meritorias de condenación. No obstante, hay quienes se gozan en hablar de arminianismo inconsistente, por el hecho de que un predicador que sostiene tales herejías es capaz de llamar a confiar en Cristo Jesús como único salvador.

Pero un momento, ese Jesús que presentan para confiar como único salvador es el Jesús de las herejías anunciadas. Es un Jesús hecho a la imagen y semejanza del hereje; he allí la nueva falacia, al querer confundir por equívoco al Jesús de las Escrituras con el Jesús de las herejías. Ambos tienen el mismo nombre pero no son la misma persona.

Cuando el predicador arminiano llama a depositar la confianza solamente en Jesús, es lógico que se refiera al Jesús que él anuncia: el de la expiación universal, de la gracia resistible, el que deja que sus ovejas perezcan y las arrebaten de su mano, el que no considera que la humanidad está totalmente caída en la muerte del pecado, y que además conoce de antemano quién va a creer en base a su libre albedrío. Ese es el Jesús que predica el arminiano, y ese es el Jesús que cree su feligrés. Entonces, ¿cuál arminianismo inconsistente? Tal ficción es eso, un imaginario de los defensores que dicen estar del otro lado y poseer una doctrina diferente a la arminiana.

Nos queda reconocer la veracidad de la advertencia del apóstol Pedro, cuando escribió: Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina (2 Pedro 2:1). Jesucristo dijo que vomitaría de su boca a los que no son ni fríos ni calientes: Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca (Apocalipsis 3:16).

César Paredes

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Tags: SOBERANIA DE DIOS

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