Viernes, 03 de febrero de 2012

Suponemos que hay un solo evangelio, como lo declara Pablo en su carta a los Gálatas. Sin embargo, Satanás se disfraza de ángel de luz (2 Corintios 11: 14) lo que hace suponer que puede muy bien construir otro evangelio. ¿Cuál sería el disfraz ideal que el maligno aprobaría para presentarse como un lobo disfrazado de oveja?  Clonar el evangelio es el objetivo satánico, de manera que sus ideas se puedan confundir con las del mensaje de la Biblia.

El medio ambiente hace distinto a los gemelos idénticos, aún a los que poseen el mismo ADN. Entonces nos preguntamos: ¿cuál es el medio ambiente de la naturaleza del cristiano? Nos equivocamos si suponemos que es la iglesia, o el hogar donde nace y vive el sujeto. Su medio ambiente natural es la naturaleza injertada, el nuevo corazón de carne que le ha sido dado. Este no es más que la presencia del Espíritu de Dios, por lo cual un clon hecho por Satanás no puede poseer el mismo Espíritu. He allí la diferencia, que se pondrá de manifiesta cuando los actos la exhiban: no puede un higo dar peras ni un olivo dar mandarinas. Asimismo, el árbol bueno no da frutos malos ni el árbol malo da frutos buenos. 

Aún el clon más exacto será distinto del sujeto clonado en la actuación de su naturaleza. Satanás como príncipe de este mundo ha tenido el poder conferido por el Dios soberano para clonar ovejas. Sin embargo, la naturaleza (el medio ambiente natural) de ellas las ha hecho saltar como cabras. El arminianismo fue el gran intento de clonación del evangelio, pero la naturaleza de sus seguidores nunca han producido el buen fruto. La razón es simple, porque ese otro evangelio es anatema. Si alguno viene con otro evangelio, asegura Pablo, sea anatema (maldito).

Pero el éxito de la clonación ha sido su defecto.  La clonación reproductiva es la clonación propiamente dicha, y se basa en la creación de una copia genéticamente idéntica a una copia actual o anterior de un ser humano o animal. Su mayor problema, desde el punto de vista técnico, ha sido epigenético, esto es: que el clon crece mucho más que su original.  De esta forma, el arminianismo ha crecido mucho más que el verdadero evangelio. No obstante, la advertencia de Jesús se había dado miles de años antes, no solamente cuando anduvo con sus discípulos, sino cuando la expuso a través de sus profetas. La Biblia habla de manada pequeña, pocos escogidos, salvará mi siervo a muchos (no a todos ni a la mayoría).  Con el diluvio Dios salvó apenas a ocho almas; cuando el profeta Elías estuvo en medio de Israel, el Señor se reservó apenas a 7000 hombres que no doblaron sus rodillas delante de Baal (y había millones, según el censo en Israel, sin contar al resto del mundo). Solamente el remanente será salvo, afirma el Antiguo Testamento. Jesús escogió apenas a 12 seguidores, y uno era diablo.

Los arminianos son clones tomados de la reforma protestante. Ellos deambulan en los apriscos de las ovejas, y su disfraz no es simple ropaje externo, pues parecen ovejas naturales. Se han reproducido con rapidez y su número opaca el balido de las ovejas. Con toda su embestida, una cosa es segura: el Buen Pastor llama a cada oveja por su nombre, ellas le conocen y le siguen y desconocen la voz del extraño. Eso sucede en las iglesias donde se habla de la salvación por gracia, pero se deja el espacio para que el hombre manifieste su propia gloria. Se expone que Dios ha hecho su parte, mas ahora le toca a las personas hacer la suya. En otros términos, la salvación sigue siendo por gracia (el mismo ADN) pero nosotros aceptamos o rechazamos esa dádiva por nuestra cuenta.

Esa presunción de poder aceptar o rechazar implica nuestra obra, nuestro aporte. De esta forma la salvación deja de ser un proceso monergístico y se convierte en sinergístico. Ya no es obra absoluta de Dios, sino obra compartida con el hombre. El da a todos, pero yo soy mejor que el otro que no quiso aceptar la dádiva. Acá se ignora que la naturaleza implantada en el nuevo nacimiento es la que hace la diferencia, no mi propia naturaleza caída. Ese es el medio ambiente que hace diferente a los gemelos idénticos con igual ADN. El Espíritu de Cristo que fue injertado en nuestro espíritu constituye el medio ambiente por el cual nos diferenciamos de los clones. El vocablo KLON viene del griego y quiere decir retoño. El mejor disfraz de Satanás como ángel de luz a través de sus retoños (ovejas clonadas) queda descubierto en el salto de la cabra. El fruto es diferente porque la naturaleza del caprino es muy distinta de la del ovino. Satanás clona la apariencia externa del cristiano y construye un perfecto arminiano, o un perfecto calvinista-arminiano, pero no puede clonar la naturaleza (el medio ambiente) del Espíritu de Cristo que ha sido implantado en las ovejas.

Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y ellas me siguen (Juan 10: 27-29), y yo les doy vida eterna, y no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano.  Frente a esta sentencia judicial, profética y soberana, Satanás no puede más que mostrar su derrota y conformarse con las cabras que le han sido dadas desde antes de la fundación del mundo.   Con todo, sus clones perturban en los apriscos, por culpa de los pastores que abren las puertas e invitan a llenar sus espacios. Lo más cierto es que los pastores también son clones o cascarones vacíos del Espíritu de Cristo, incapaces de discernir la verdad. Como lo espiritual ha de entenderse espiritualmente, la incapacidad del asalariado queda manifiesta. No en vano el Señor clama en el Apocalipsis: salid de allí (de ella, de Babilonia) pueblo mío.

Es curioso que el llamado no es a echar a los clones fuera del aprisco, sino a huir de Babilonia. Esta ciudad es atractiva y en ella la doctrina del evangelio ha sido imitada (clonada) en su apariencia física. La naturaleza del evangelio es única, por lo cual el apóstol Pablo afirmó que no había otro evangelio, pero que si lo hubiere (en referencia al clonado) ese sería anatema y quien lo proclamara también sería maldito. El apóstol Pablo luchó con vigor contra ese otro evangelio. Desde allí se hablaría de Cristo usando palabras como gracia, elección, fe, regeneración. Esto sería parte de los efectos de la clonación. Pero no es el evangelio de la gracia soberana que se recibe por fe, como don de Dios, sino que es el otro evangelio de la gracia recibida a través de la fe que uno aporta.

En el otro evangelio se exhibe la arrogancia humana cuando se mezclan las mentiras con las palabras del evangelio. Esto hace que sea más difícil detectar al enemigo debido al lenguaje que usa, por su disfraz de ángel de luz (el verdadero clon), como lo denuncia 2 Corintios 11: 14.  Pablo se maravilló ante los Gálatas de que muchos de ellos se habían alejado para seguir un evangelio diferente.  Aunque reconoció que no había otro, afirmó que había algunos que los perturbaban y buscaban pervertir el evangelio de Cristo. Si eso lo dijo a principios de la era cristiana, hoy día el escándalo y el anatema es mayor.  Prodigiosamente nos exhortó acerca del problema, con un mandato categórico:  Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.  Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (Gálatas 1: 6-9).

En conclusión, con el apóstol Juan se ha de exclamar que quien tiene el Espíritu de Dios sabe que estas cosas son ciertas, y con el apóstol Pablo se habrá de afirmar que quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.  El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y nos anhela celosamente. Nos lleva a toda verdad y nos ayuda a pedir en nuestras oraciones. Él mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles (Romanos 8: 26). Esto no acontece en la naturaleza (medio ambiente) del clon. Al final de los tiempos el Señor separará a sus ovejas de las cabras y los destinos finales serán abiertos y manifiestos. Aunque ya lo sepamos desde ahora, muchas cabras merodean en los apriscos y molestan a las ovejas, pero entonces cada una seguirá al juicio eterno.

César Paredes

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Tags: SOBERANIA DE DIOS

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