Un problema silogístico se nos presenta cuando miramos varios textos de la Biblia en relación con la elección, predestinación, justificación y glorificación de los escogidos. Si ya fuimos amados desde la eternidad -con amor eterno te he amado- entonces ¿cómo puede ser posible que en la historia hayamos sido odiados por Dios? Pues si éramos por naturaleza hijos de la ira, como los demás, estábamos igualmente condenados con ellos. Si Cristo vino a salvar lo que se había perdido, eso que estaba perdido se implica como no salvado.
Estas premisas y conclusiones derivadas muestran una aparente contradicción. El problema se plantea porque se supone una tensión entre la eternidad atemporal y la línea del espacio-tiempo. Un asunto que sin duda puede ser visto como la relación entre potencia y acto, del que ya habló Aristóteles en Metafísica. La potencia es la capacidad o poder para producir algo (potencia activa) y también para llegar a ser otra cosa (potencia pasiva). En esta división se observa la constante del cambio. La potencia lo es siempre frente a la posibilidad del cambio. De manera que un Dios inmutable es también potencialmente dinámico, pues está en continua relación dialógica con lo creado y con sus atributos permanentes. Además, el Dios bíblico es trino, de manera que potencialmente siempre está activo: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. O, en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios...
El acto presupone el presente, la actualidad o la realidad del ser. Una semilla de mostaza sería un acto, por cuanto tiene la actualidad de ser precisamente una semilla de mostaza. Asimismo, un potrillo es un acto en cuanto en el espacio tiempo es un animal de cuatro patas que relincha.
Ahora bien, la relación entre estos dos conceptos nos permite dilucidar el aparente conflicto teológico presentado antes. Sigamos con el ejemplo de la semilla de mostaza y del potrillo como actos. Estos actos son seres en potencia también. La semilla potencialmente es un árbol que dará su fruto para ser consumido. El potrillo potencialmente es un caballo que ganará carreras en un hipódromo, o que servirá para ser montado por sus dueños, o para seguir produciendo más sementales. La potencia (o potencialidad) son vistos como actos futuros tanto de la semilla de mostaza como del potrillo.
En el ejemplo teológico que nos ocupa, el futuro imaginado por Dios acerca de sus elegidos es potencial en los elegidos, aunque para Dios sea un acto. El es atemporal, por lo tanto pudiera ser visto como acto puro en cuanto que no cambia. Esto no implica que no tenga emoción ni sentimiento, ni amor, ni odio, ni justicia, ni misericordia. Simplemente que Él no llega a ser porque Él es. Ya lo dijo de Sí mismo: Yo soy el que soy. Pero también su nombre Jehová (Yo soy) significa yo soy el que hace posible las cosas. En otros términos, como acto puro tiene la potencialidad activa de hacer cosas, de lo contrario no existiría el universo o el universo sería Dios, lo cual es extra bíblico y contra bíblico.
Si Dios es inmutable en cuanto a sus cualidades, quiere decir que no cambia. Pero no está quieto, por cuanto también es dinámico en relación con sus objetos creados y con su relación dialógica trinitaria, así como con sus criaturas en tanto su obra hecha. En su revelación nos muestra la muerte espiritual del hombre, como parte de su sentencia en el Génesis: el día que de él comiereis ciertamente moriréis. Lo ha declarado a través de sus profetas, que el hombre está muerto en sus delitos y pecados, que no hay quien busque a Dios, ni quien haga lo bueno, que no hay justo ni aun uno. De manera que la humanidad entera sin Cristo está actualmente muerta, o ella es un acto muerto en el plano espiritual. Potencialmente no tiene vida en el espíritu, a no ser que sea resucitada o que vuelva a nacer espiritualmente.
Esto es precisamente lo que Jesús explicó a Nicodemo, el maestro de la ley. Dios en su misericordia eterna e inmutable quiso y se propuso amar a un grupo que denominó sus escogidos o su pueblo. A ellos amó y ama actualmente. Su amor es un acto, una realidad. Su amor no es potencial. Sin embargo, desde nuestra perspectiva histórica (espacio-tiempo), como escogidos para salvación tenemos la semilla que es un potencial a desarrollarse en el espacio-tiempo. Esta semilla dará su fruto a su tiempo, lo que es lo mismo decir que esta potencialidad nuestra será un acto realizado y cumplido en su tiempo.
No hay conflicto alguno en el hecho de que Dios amara a sus escogidos desde antes de la fundación del mundo y que nos declarara muertos en delitos y pecados. Dice la Biblia que éramos por naturaleza hijos de la ira, como los demás. ¿Cuándo éramos nosotros hijos de la ira? Esa es la pregunta que hay que responder. Como nosotros no éramos acto para nosotros antes de nacer en este mundo, o lo que es igual, como nosotros no éramos lo que somos antes de nacer biológicamente, éramos potencia en la mente de Dios. Pero debido a nuestra muerte espiritual producto del castigo federal acontecido en Adán, nuestros delitos y pecados merecían y estaban bajo el repudio de Dios. Dios nos odió en el tiempo, aunque potencialmente nos amara en la eternidad, por cuanto en su actualidad nos había escogido para salvación y justificación.
Veamos un ejemplo muy importante con Jesucristo en la cruz. El fue hecho pecado por nosotros, pues llevó nuestras culpas sobre sí mismo como Cordero pascual. El dijo cuando estaba en el madero: Padre ¿por qué me has abandonado? ¿Qué es el abandono de Dios sino su ira sobre su Hijo? ¿Por qué ese repudio a su Hijo amado en quien tenía complacencia? ¿Se le había acabado la complacencia a Dios respecto a su Hijo amado? No, simplemente que Dios rechaza el pecado, y ciertamente el amor que Él le tiene y le tenía a su Hijo es y era un amor eterno, no interrumpido. No obstante se separó de Él por cuanto lo rechazó en la cruz. El Hijo sintió su abandono porque había sido hecho pecado por llevar las transgresiones de su pueblo.
Cristo sintió la ira de Dios en el sacrificio ofrecido por nosotros. Pero esa ira fue un acto y no potencia, fue una realidad concreta en un momento histórico concreto. Sin embargo Dios no miente, por lo cual siempre amó a su Hijo potencialmente, y actualmente aún en la historia. Ambas cosas pueden acontecer simultáneamente, pues una no implica por fuerza la exclusión de la otra. Veamos el ejemplo de la semilla: en tanto semilla es un acto, un ente concreto, pero es potencia en relación a su futuro, ya que dará fruto. De ella saldrá un árbol que servirá para innumerables propósitos. La potencialidad de la semilla no anula su actualidad, y el acto de ser semilla no elimina su potencialidad. El Hijo rechazado y abandonado en la cruz no presupone el amor interrumpido del Padre, pues si a nosotros como pecadores nos ha amado con amor eterno, ¿por qué habrá de ser menos con respecto a su Hijo amado?
"La gracia fue dada a los elegidos antes que el tiempo empezara en el eterno consejo de Dios -como fue la predestinación, el llamamiento, la justificación e inclusive la glorificación (Romanos 8: 29 -30). Estas bendiciones no fueron otorgadas realmente a los elegidos hasta DESPUÉS que el tiempo comenzara - y algunos de estos TODAVÍA no han recibido todas aquellas bendiciones. Pero en los propósitos eternos de Dios, los elegidos están seguros y ciertos de que ello ocurrirá de la misma forma que aconteció con la crucifixión."
Véase: http://thegospelanditsenemies.wordpress.com/category/speaking-peace/
César Paredes
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