Viernes, 29 de julio de 2011

La pascua define la verdad del cristianismo.? Cristo no vino a la tierra para darnos ejemplo sobre c?mo vivir, ni c?mo entender ciertos misterios del m?s all?; tampoco vino a ocuparse de los problemas pol?ticos o sociales de la humanidad.? Mucho menos tuvo el prop?sito de propiciar curas m?dicas para el cuerpo humano, sino que su objetivo fundamental fue su propio sacrificio. El t?rmino pascua se encuentra en la Biblia como la traducci?n de la palabra griega pascha. La palabra correspondiente en el Antiguo Testamento Hebreo es pecach, pero en ambos contextos su significado es el mismo: el paso. El nombre obedece al hecho de que Jehov? pas? por alto las casas cuyos dinteles estaban rociados con sangre de corderos sin mancha que se hab?an asignado para tal prop?sito.?

La Pascua jud?a, bajo la administraci?n de Mois?s, conmemor? la liberaci?n de Israel de cuatro siglos de esclavitud egipcia, por lo que la salvaci?n de los primog?nitos de Israel fue un acontecimiento de gran importancia para celebrar. Tuvo lugar como resultado de la plaga final que cay? en Egipto: la matanza de todo primog?nito, que inclu?a tanto a humanos como animales. La plaga oblig? a Fara?n a liberar de la servidumbre al pueblo escogido de Dios. La Pascua se celebraba anualmente de acuerdo con las instrucciones que fueron dadas por Dios a Mois?s: Habl? Jehov? a Mois?s en el desierto de Sina?, en el segundo a?o de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: Los hijos de Israel celebrar?n la Pascua a su tiempo. El decimocuarto d?a de este mes, entre las dos tardes, la celebrar?is a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes las celebrar?is. Y habl? Mois?s a los hijos de Israel, para que celebrasen la Pascua (N?meros 9:1-4). Nuestro Se?or Jes?s se convirti? en el Cordero de Pascua (Juan 1:29) cuando dio su vida como un sacrificio por los pecados del mundo que vino a salvar.

Comprender la verdad del sacrificio de Cristo implica presuponer que entendemos el centro de nuestra conversi?n. Cuando leemos a trav?s del Antiguo Testamento vemos que toda su teolog?a trata acerca del sacrificio que Jesucristo habr?a de hacer una vez encarnado en forma de hombre. El era el profeta esperado y anunciado, asimismo era el Mes?as que habr?a de venir al rescate de su pueblo. Lo que no supieron los jud?os fue que la Pascua se extender?a por encima de su pueblo para abarcar a los gentiles. Lo que no entienden los gentiles de hoy d?a es que la extensi?n del beneficio de su sacrificio no se extiende a cada miembro particular de la raza humana. En ambos casos existe un error de concepci?n en cuanto a la extensi?n: unos pecan por limitar su n?mero a una sola naci?n, pero otros pecan por incluir distributivamente a toda la humanidad.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m?; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am? y se entreg? a s? mismo por m? (G?latas 2: 20). La vida cristiana no es otra cosa que vivir por quien muri? por nosotros. No es una religi?n del estado, ni una organizaci?n civil con fines de ayuda humanitaria, es m?s bien la conciencia de vivir por quien hizo el sacrificio expiatorio de nuestras culpas. El sacrificio de Cristo es el centro de todo cuanto hacemos como cristianos. Sin embargo, el sacrificio de Cristo est? constantemente bajo ataque. No son solamente los cristianos liberales quienes lo hacen, sino que dentro de muchas iglesias cristianas de teolog?a ortodoxa o fundamental tambi?n se ataca el centro del sacrificio expiatorio.? Algunos han llegado a decir que lo que Dios Padre hizo con su Hijo fue un abuso de violencia contrario a lo que Cristo mismo vino a ense?ar. Jes?s fue un maestro de la paz, pero sufri? la violencia dirigida por el Padre. Ese es m?s o menos el resumen de la blasfemia de los nuevos te?logos protestantes.

En el Antiguo Testamento se mantuvo una ense?anza sobre las implicaciones del sacrificio del Cordero de Dios. He aqu? que mi siervo ser? prosperado, ser? engrandecido y exaltado, y ser? puesto muy en alto... Mas ?l herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre ?l, y por su llaga fuimos nosotros curados ... Con todo eso, Jehov? quiso quebrantarlo, sujet?ndole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiaci?n por el pecado, ver? linaje, vivir? por largos d?as, y la voluntad de Jehov? ser? en su mano prosperada.?Ver? el fruto de la aflicci?n de su alma, y quedar? satisfecho; por su conocimiento justificar? mi siervo justo a muchos, y llevar? las iniquidades de ellos (Isa?as 52: 13 y 53: 5,10 y 11).

Quiz?s la prueba m?s fehaciente acerca del significado de la pascua en el pensamiento jud?o lo sea el mensaje a los Hebreos en el Nuevo Testamento, pues con cu?nta frecuencia se hace alusi?n al sacrificio de Cristo en comparaci?n con el que se hizo en ?pocas del Antiguo Pacto.? Entender el objeto del sacrificio mesi?nico nos da un acercamiento espec?fico acerca del sentido de las Escrituras. La adecuada interpretaci?n b?blica presupone un acercamiento hist?rico com?n a un evento com?n para el pueblo de Dios.

La gran pregunta es ?por quienes muri? Cristo? ?xodo 12 nos expone la manera en que cada? familia deb?a tomar un cordero sin defecto para rociar su sangre en los dinteles de las casas. Tambi?n explica la manera en que deb?a ser comido ese cordero. De esta forma, la lectura de este cap?tulo del libro de ?xodo nos indica que el prop?sito de la sangre de los corderos estuvo limitada a los miembros de su pueblo.? De igual forma, en el Nuevo Testamento son muchos los textos que se?alan el prop?sito del sacrificio de Jes?s. El mismo dijo que pondr?a su vida por sus ovejas y de igual forma se?al? que muchos no cre?an en ?l porque no eran de sus ovejas. Por eso sabemos que hubo una especificaci?n en el acto de su muerte, una delimitaci?n en el alcance de su sacrificio. De no ser as?, todo el mundo ser?a salvo. De igual forma, en el momento de la Pascua relatada en ?xodo el alcance de la sangre de los corderos estaba delimitada al pueblo escogido de Dios, por lo cual no fue extensible al pueblo egipcio. A eso se llam? la Pascua, el pasar sobre las casas para no destruir a nadie que estuviese protegido por la sangre de dichos corderos.

La Pascua represent? en su comienzo un nuevo a?o, un nuevo inicio con gente nueva. Ellos estaban en Egipto, alejados de la tierra prometida. A pesar de ser esclavos, ellos se hab?an multiplicado enormemente, lo cual implicaba que se estaba cumpliendo una parte del tratado hecho por Dios con Abraham. Cumplir el pacto con Abraham implicaba tambi?n la salvaci?n, pues Dios hab?a o?do el lamento del pueblo esclavizado en Egipto por causa de su pacto con Abraham. De manera que el hecho de que Dios escuchara a su pueblo formaba parte del cumplimiento de su propio pacto, para lo cual se preparaba la salvaci?n a trav?s de la Pascua (el pasar por alto el castigo).?

Esta acci?n suscitada en tierra de esclavitud, con la sangre del cordero en los dinteles de las puertas, era semejante a la actividad realizada por Jesucristo con sus disc?pulos cuando levant? la copa y dijo: este es el nuevo pacto de mi sangre, lo cual equival?a a decir esta es vuestra salvaci?n. En ?xodo 6: 2-5 Dios habla con Mois?s y le dice qui?n es ?l, pero ahora se revela con un nombre diferente: Jehov?. Dijo que hab?a aparecido a Abraham, a Isaac y a Jacob, pero como Dios Omnipotente. Lo m?s importante para nosotros fue que dijo que hab?a o?do el gemido de los hijos de Israel y que se hab?a acordado de su pacto. Dios se revel? como el Eterno que no cambia, que recuerda su pacto y se manifiesta para salvaci?n en orden de preservar a su pueblo por causa de lo acordado. Su prop?sito no fue favorecer a los egipcios sino a los que ten?a incluidos en el pacto.

La plaga n?mero 10 contra los egipcios es particularmente diferente de las anteriores. Para evitarla los israelitas ten?an la tarea de preparar el cordero, lo cual hac?a la diferencia con las plagas precedidas, pues aquellas no tocaban a los israelitas para nada aunque ellos no ten?an que hacer nada para evitarlo. Ac? Dios les recomienda un trabajo, el cordero pascual. Un cordero sin mancha para matarlo a una determinada hora y poner su sangre en el dintel de la casa.? El Se?or pasar?a por sobre esas casas rociadas con la sangre del cordero, para desviar su juicio y no destruirlos. Ac? hab?a una condici?n para escapar: el cordero inmolado. Los ?dolos de Egipto son los ?dolos del mundo, por lo que Israel tambi?n merec?a ser juzgada como Egipto, pues muchos de entre ellos se hab?an dado a la tarea de adorar a aquellos dioses. ?Qu? pas? entonces? ?Por qu? Dios no los castig?, sino que pas? por alto su juicio?

Por causa del pacto, por raz?n de su nombre, Dios hizo provisi?n para ellos.? Lo mismo sucede para con todo su pueblo a trav?s de la historia, los que son llamados sus elegidos o sus ovejas.? Por eso Dios provey? el sacrificio y ofrenda por nuestros pecados, a trav?s de un sustituto.? Esta vez no con un cordero mortal, ni por intermedio de sacerdotes instituidos en sus leyes dadas a Mois?s, sino a trav?s de un sacerdote eterno e inmutable, con una ofrenda imperecedera que sustituye a la sangre de ovejas y toros, y que recuerda por siempre que el pago tan elevado que deb?amos dar por nuestro rescate nos era imposible.?

La Pascua? es una sustituci?n del pago por nuestra pena. Este es mi cuerpo y esta es mi sangre, dijo el Mes?as en el aposento alto. Haced esto en memoria de m?. Y esa es la memoria que debemos tener los redimidos, la de que a pesar de ser culpables como los primeros israelitas que escaparon de Egipto, a nosotros se nos ha provisto un Cordero expiatorio en forma eterna e inmutable, pues Cristo es nuestra pascua (Pablo a los Corintios). No s?lo se nos ha salvado de la tiran?a de Satan?s (en comparaci?n con el Fara?n), sino de la culpa y su castigo (nuestros pecados), en un solo acto, por intermedio de la pascua, que no es otra que el cuerpo y la sangre del Nuevo Pacto.?

Cada hijo consagrado a Dios acepta este privilegio alegremente compartiendo el pan que representa el cuerpo de Cristo y bebiendo de la copa que representa su sangre. ?ste es el verdadero significado y prop?sito de observar esta ocasi?n tan importante: encomendado a los israelitas primero: Y este d?a os ser? en memoria, y lo celebrar?is como fiesta solemne para Jehov? durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebrar?is, y despu?s a nosotros en el aposento alto: Haced esto en memoria de m? (Lucas 22: 19). Juan el Bautista anunci? a Cristo como el Cordero de Dios; despu?s, el ap?stol Pedro al comparar las riquezas terrenales con el valor de nuestra redenci?n habla del excelente valor de la sangre de Jes?s y su sacrificio

He aqu? el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1: 29). Despu?s, el ap?stol Pedro, al decirnos que fuimos rescatados de nuestra vana manera de vivir, nos asegura que no fue con oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminaci?n (1 Pedro 1: 19). Nosotros sabemos la restricci?n del vocablo mundo presentada por Juan, pues si Cristo hubiese quitado el pecado de todo el mundo, entonces todos ser?an salvos. Pero lo resaltante de estos dos textos mencionados ac? es la visi?n apost?lica que es la misma de la naciente iglesia, la de que Cristo es el Cordero anunciado como tipo en el Antiguo Testamento. La raz?n de ello es que ?l ha sido nuestra Pascua, por lo cual la ira de Dios ha sido apartada de nosotros, aunque la mereci?semos como los antiguos israelitas que estaban en la esclavitud de Egipto.

M?s que celebrar cada a?o la Pascua, para los cristianos lo m?s resaltante es comprender qui?n es nuestra pascua, nuestro paso por alto del castigo. Es la memoria de ese hecho simbolizado en el pan y el vino lo que debemos rescatar para nuestro gozo. Es en ese conocimiento que podemos discernir el cuerpo y la sangre del Se?or, como recomienda Pablo. La tarea de siglos enteros a trav?s de la experiencia de un pueblo en aprietos sirvi? para prepararnos culturalmente en la comprensi?n del significado de un hecho hist?rico y trascendental para nuestra liberaci?n. Lo que en otro tiempo requiri? repeticiones por generaciones, ahora nos ha tocado vivirlo como un acto perfecto realizado de una vez y para siempre, como nos conven?a, por un Cordero tambi?n eterno, perfecto e inmutable. La expiaci?n de Jesucristo fue absoluta en las ovejas escogidas para ser objeto de su gracia y de su amor. Si no entendi?semos este valor de la Pascua en estos t?rminos mostrados en las Escrituras, entonces la har?amos indigna y nosotros estar?amos en el mismo lugar del Fara?n. Si dependiera de nuestra voluntad o de nuestra dignidad para escoger, si no dependiese del prop?sito del que elige (Romanos 9), entonces toda la humanidad estar?a sin redenci?n y el sacrificio de Cristo hubiese sido vano. Pero como Dios es perfecto tenemos la seguridad de que ver? linaje y su trabajo no ser? de balde: Ver? el fruto de la aflicci?n de su alma, y quedar? satisfecho; por su conocimiento justificar? mi siervo justo a muchos, y llevar? las iniquidades de ellos (Isa?as 53: 11).?

C?sar Paredes

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Tags: SOBERANIA DE DIOS

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