El temor es un sentimiento que puede variar seg?n el contexto en que aparezca. Por definici?n es una pasi?n del ?nimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera da?oso, arriesgado o peligroso. Puede mostrarse como una actividad emocional oportuna para anticiparse a un mal que se ve venir. A veces, cuando percibimos alg?n peligro, solemos sentir temor. De manera que en algunas ocasiones ese sentimiento no es del todo negativo porque sirve como una advertencia para huir del peligro. Adem?s, la Biblia nos recomienda a ser temerosos de Dios.?Bienaventurado el hombre que teme a Jehov? (Salmo 112: 1). En otro salmo, se implora por el temor: Afirma mi coraz?n para que tema tu nombre (Salmo 86: 11).
A pesar de estas recomendaciones oportunas, la misma Escritura nos aconseja a no tener temor. ?Pero Jes?s dijo a Sim?n: No temas; desde ahora ser?s pescador de hombres (Lucas 5: 10). Son muy variados los textos b?blicos que nos encomiendan a no temer. Isa?as 8: 11 dice: no temas lo que ellos teman, sino santificad a Jehov? de los ej?rcitos. El punto es que muchos temen ante cualquier suposici?n de la mente, ante el rumor extendido en la muchedumbre. Normalmente, cuando las personas sienten temor por sus suposiciones, o por su falta de conocimiento del control que Dios tiene de los eventos del mundo, se genera el miedo que hunde, que paraliza, que asusta. En ese terreno la Biblia nos recomienda a no temer lo que los dem?s temen.?
Urge la diferencia entre el temor reverente a Dios, y el temor que el mundo tiene frente a sus infortunios, a sus suposiciones, a sus conclusiones. Ese temor da?ino es marcado como la meta a evitar. ?Por qu? debemos tener los temores de quienes no conf?an en Dios? 1 Pedro 3: 14 recomienda lo mismo que Isa?as: no temas su intimidaci?n sino santificad a Cristo el Se?or en sus corazones. Aparte de dec?rsenos que no debemos temer lo que el mundo teme, se nos alienta a santificar a Cristo el Se?or, o a Jehov?, en nuestros corazones. Son dos actividades concomitantes, una presupone a la otra, pues no bastar?a con no temer, si no tenemos la fuerza para tener valor.? De igual forma, no podr?amos santificar el nombre de Cristo en nosotros si fu?semos temerosos por causa de lo que el mundo teme.
Huye el imp?o sin que nadie lo persiga;?mas el justo est? confiado como un le?n (Proverbios 28: 1). Quiz?s este sea el texto m?s simb?lico que recoge las dos actitudes opuestas asumidas por el mundo y por el pueblo de Dios.? Uno huye, mientras el otro est? confiado.? El miedo se comunica muchas veces a los dem?s a trav?s ?del rostro. Es probable que se pase al p?nico con s?ntomas fisiol?gicos como el ritmo card?aco o la presi?n sangu?nea, interpretados por el sujeto como la confirmaci?n de la amenaza sentida, sin que se pueda ponderar el aut?ntico riesgo.
El vocablo griego usado en el Nuevo Testamento es? fobeo del cual deriva nuestra palabra castellana fobia.? Quien posee fobia magnifica el peligro y puede llegar a cometer des?rdenes sociales tremendos.? Desde hace muchos siglos ha aparecido el sentimiento f?bico, que lo encontramos incluso en el Derecho Romano antes de Cristo en una acci?n denominada metus causa (por causa del miedo), la cual exim?a de responsabilidad a los querellantes incursos en peleas. Era algo comparable a lo que se conoce como la leg?tima defensa.? Una persona miedosa pod?a llegar a cometer un delito sin la intenci?n consciente.
El miedoso expande su fobia al colectivo, de manera que es mejor permanecer alejado de quien est? acostumbrado a sentir los temores malsanos.? En los soldados, el temor exagerado es su principal enemigo.? Una fobia espec?fica se puede definir como un miedo irracional a ciertas cosas o situaciones:? a los insectos, a los perros, a estar encerrado en un ascensor, a las alturas o a las escaleras, a los t?neles, a conducir en las autopistas, al agua o al mar, a volar en un avi?n, a todo lo que tenga que ver con sangre, y a miles de cosas m?s.? Esto puede llevar a un ataque de p?nico o de ansiedad.? Incluso existen tratamientos m?dicos para ayudar al individuo estresado por las fobias.? Sin embargo, la Biblia nos recomienda a no ser f?bicos, a confiar en el Se?or.? Parece ser que la confianza en Dios se opone al temor irracional.? Pero no es tarea f?cil el pasar de un estadio al otro, sino que presupone un proceso en el que cuanto m?s estudiemos y sepamos acerca de la persona de Dios, m?s confianza tenemos acerca de su poder y control absoluto del m?s m?nimo detalle de nuestras vidas.? Ese Jes?s en la tempestad, dormido en una barca, nos muestra la absoluta paz a la que somos llamados a tener frente a cualquier circunstancia.? Job dijo un d?a:? aunque ?l me matare, en ?l esperar?.? Este parece ser el resumen contra el miedo, pues si no tememos morir, entonces no tiene sentido cualquier otro temor menor.
El pecado ha da?ado la naturaleza ps?quica del individuo.? El escenario al que nos sometemos voluntariamente d?a a d?a en el mundo, nos ha generado dependencia a los actos de violencia, de persecuci?n, de estr?s, exhibidos en las canciones escuchadas, las noticias narradas, las im?genes observadas a trav?s de los distintos medios de comunicaci?n masivos.? Hay gente que necesita el ruido de un radio encendido cuando va a la sala de ba?o, cuando conduce en la v?a p?blica.? Nuestra mente absorbe como una esponja cualquier ruido perturbador y despu?s lo reproduce en nuestro subconsciente desde donde recibimos la orden del miedo.? Por eso parece obsoleto el mensaje b?blico cuando nos llama a no temer.? ?C?mo puede eso ser posible, si he sido entrenado por a?os a vivir en el temor?? Ahora sentimos como natural el ser paranoicos, el huir sin que nadie nos persiga.? A?n los ruidos de las hojas ca?das de los ?rboles nos espantan.? Pero la Biblia nos ha recomendado desde hace siglos a no tener miedo: No tengas miedo, pues yo estoy contigo: no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa (Isa?as 41: 10).? La raz?n para no temer es porque Jehov? va delante de nosotros, el cual no nos dejar? ni nos desamparar?, asimismo estar? con nosotros a dondequiera que vayamos.
?No es Dios el creador de todo cuanto existe?? El trono de Cristo no tendr? fin, sino que ?l ha sido constituido heredero de todo, quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Los ?ngeles mismos se le someten y le adoran, y ellos son los esp?ritus ministradores que cuidan a los santos.??No son todos esp?ritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que ser?n herederos de la salvaci?n? (Hebreos 1: 14).? Si el ?ngel de Jehov? acampa alrededor de los que le temen, y los defiende, entonces las fobias deben ir desapareciendo de nuestras vidas.? Es posible que alguien est? muy marcado por los temores impresos por el mundo, pero la terapia a seguir es el estudio de las Escrituras, la toma de conciencia de qui?n est? a nuestro lado, para que una a una las fobias vayan cayendo como los antiguos gigantes que fueron destruidos por los hebreos del Antiguo Testamento.
Esta terapia no tiene nada que ver con el esp?ritu positivo recomendado por la Nueva Era. No se trata de auto hipnotizarnos, sino de creer en lo que Dios dice que hace.? Esa es la l?nea de diferencia entre el escogido para creerle al Pastor de las ovejas, y el otro que simula ser parte del reba?o. La ecuaci?n es muy simple, a medida que nos acerquemos m?s al contenido de lo que dice la Biblia nos vamos alejando m?s de los temores exhibidos en el mundo.? No podemos servir a dos se?ores al mismo tiempo, no podemos pasar cinco minutos con Dios y m?s de 23 horas con el mundo, porque la derrota es inminente.? El llamado hecho siempre ha sido a velar y a orar, para no entrar en tentaci?n.? Y las fobias? son tambi?n tentaciones en las que muchas veces caemos por no cumplir con nuestro mandato.
C?sar Paredes
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