Jueves, 23 de junio de 2011

Uno de los grandes objetores contempor?neos ha dicho que? por causa del libre albedr?o del hombre, resulta obvio en la definici?n de las cosas que ?ste puede negar la voluntad de Dios y frustrar sus planes benevolentes.? En otros t?rminos, la arcilla habla con su Alfarero y discrepa de su confecci?n. ?Desafortunadamente, Dios no tiene poder sobre la voluntad del hombre. Esto quiere decir que ?l no puede salvar a una persona contra su voluntad, a pesar de que al mismo tiempo no quiere que ninguno perezca. ??l ha hecho todo lo posible para que todos los hombres sean salvos, pero la Biblia nos indica que la salvaci?n depende de la voluntad humana. Entonces no depende de Dios que tiene misericordia, sino del que quiere y del que corre.? Lo contrario significar?a que estar?amos frente a un Dios tirano, si se atreviera a salvar en contra de la voluntad humana ? Dios no puede hacer nada contra tu voluntad, pues esto es un asunto de libre escogencia humana.?

Quien as? habla es el objetor de Romanos 9, que parece haberse salido de las p?ginas de la Biblia para convertirse en el gran predicador del siglo XX.? Estas son palabras de Billy Graham, recogidas de un serm?n. (V?ase from a transcript of a sermon preached on 3/8/09 at Sovereign Redeemer Assembly by Marc D. Carpenter).

En un libro llamado La Predestinaci?n, de Gordon Clark, tambi?n se recogen otras palabras contra la soberan?a de Dios. De igual forma, son unas frases c?lebres del predicador Billy Graham, dadas en Indian?polis, cuando al final de un servicio de evangelizaci?n hac?a la invitaci?n al p?blico, para venir hacia adelante.? Con ellos delante de ?l, el predicador se dirigi? a la gran audiencia a?n sentada en las gradas, con el siguiente argumento: No oren por esta gente, quienes han venido adelante. Ustedes pod?an orar por ellos antes, lo cual era bueno. Pueden orar por ellos despu?s, lo cual tambi?n ser? bueno. Pero justo en este momento sus oraciones son in?tiles, pues ni siquiera Dios puede ayudarlos ahora.? Ellos deben aceptar a Cristo con su propio libre albedr?o, y por ellos mismos, pues Dios no tiene poder sobre la voluntad humana (Gordon Clark.? Predestination. The Trinity Foundation, 2006, p. 44).

Existe una informaci?n de reciente data, en un programa de televisi?n en el que Robert Schuller entrevist? a Graham. All? se le pregunt? acerca del futuro del cristianismo. El predicador afirm? que si la gente ama a Cristo, sea que le conozca o no, ellos son miembros del cuerpo de Cristo.? Dios est? llamando a mucha gente para su nombre, sean musulmanes, budistas o cristianos. Incluso aunque no conozcan el nombre de Jes?s, basta que ellos conozcan en su coraz?n que necesitan algo que no tienen, por lo cual yo pienso que ellos son salvos y los vamos a ver en el cielo.? Ante estas declaraciones, Robert Schuller busc? clarificaci?n de lo que acababa de o?r:? seg?n lo que usted ha dicho, es posible que Jesucristo venga a los corazones, a las almas y a la vida humana, incluso si la gente ha nacido en oscuridad y nunca ha escuchado alguna exposici?n de la Biblia.? ?Es esa la correcta interpretaci?n de lo que acabas de decir?? Billy Graham, asiente y responde: S?, eso es as?.? Entonces Shuller exclam? que se sent?a muy conmovido con el hecho de que existiese una gran amplitud en la gracia de Dios.? Graham vuelve a asentir diciendo que ciertamente as? es. (Southern California on Saturday, May 31, 1997.?The?Hour of Power).

Pero la Biblia nos da textos relativos a la soberan?a de Dios y a la vileza del coraz?n humano.? La humanidad ca?da est? muerta en delitos y pecados, es incapaz de querer lo bueno, odia y rechaza a Dios y a todo lo que provenga de ?l.? El mundo mismo no quiere a Jesucristo ni a sus seguidores. ?No hay quien haga el bien, no hay justo ni a?n uno; no hay ni un solo entendido que busque a Dios, pues todos se desviaron, a una se han corrompido, no hay quien haga lo bueno, ni siquiera uno (V?ase Salmo 14 y Romanos 3).

El fruto humano es de continuo el mal: por sus frutos los conocer?is. No puede el ?rbol malo dar buenos frutos?fue otra de las sentencias categ?ricas de Jesucristo. Y esta es la condenaci?n: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron m?s las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas (Juan 3:19-20).? Tal parece que Jes?s, el Hijo de Dios, no sosten?a la misma opini?n que Billy Graham, ni tampoco la de Luis de Molina, o la de Arminio, Erasmo, Pelagio y tantos otros enga?adores.? ?l sostuvo que la humanidad am? m?s las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.? Por eso la condenaci?n, porque los hombres amaron m?s las tinieblas que la luz.? No est? diciendo que algunos hombres fueron la excepci?n, como si pudieran decidir por ellos mismos.? Ahora bien, cuando Jes?s dijo en el contexto de Juan cap?tulo 6 que nadie pod?a ir a ?l, si el Padre que le envi? no le trajere, estaba admitiendo que hay gente que viene a ?l, pero que esa gente es la que el Padre ha preparado desde los siglos para llevarlas hacia el Hijo. ?Por cierto, Jes?s dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m? (Juan 14: 6).

La visi?n de Jes?s, seg?n el texto que se acaba de mencionar, es bastante sectaria.? Fue categ?rico en decir que nadie podr?a ir al Padre, a no ser a trav?s de ?l (el Hijo).? Entonces, si Jes?s se declar? a s? mismo como la verdad, ?c?mo puede un budista, un musulm?n, cualquiera que no ha o?do acerca de ese Jes?s b?blico ir al Padre?? Seg?n Billy Graham y sus seguidores parece que eso es posible.? Claro, con otro evangelio, con torcer las Escrituras, bajo el hechizo de la interpretaci?n privada.? Al parecer, estos modernos objetores de la predestinaci?n, han descubierto que Jes?s no es el ?nico camino hacia el Padre, pues han declarado que poco importa que conozcan o no el nombre de Cristo, lo que importa es que sientan el llamado de Dios.? Falta aclarar ?cu?l Dios?? Porque el de la Biblia es muy claro en afirmar lo contrario de lo que esos predicadores anuncian.

Juan, cap?tulo 6, nos ense?a que Jes?s anduvo con un grupo de disc?pulos por alg?n tiempo.? A algunos hab?a alimentado con el milagro de los panes y los peces.? Muchos les segu?an por tierra y por mar.? Sin embargo, una gran parte de ellos se escandalizaron cuando les empez? a hablar de la predestinaci?n.? Ellos comenzaron a murmurar, pero Jes?s sab?a lo que pensaban acerca de sus palabras.? Debido a esa situaci?n, el Se?or comenz? a recalcarles su ense?anza.? Este cap?tulo 6 del evangelio de Juan est? desglosado en 71 vers?culos.? Lo all? expresado sucede en pocos d?as, pues se menciona la alimentaci?n a la multitud hambrienta, despu?s se nos habla del anochecer, cuando se retir? Jes?s y lo vieron caminar sobre las aguas.? Al d?a siguiente, la gran multitud alimentada emprendi? el viaje a Capernaum, buscando a Jes?s.? Al encontrarle comenzaron a hacerle preguntas, pero Jes?s de inmediato les declar? lo que ten?an en su coraz?n:? me busc?is, no por las se?ales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.? Pero ellos, como buenos disc?pulos, quer?an conocer su deber para poner en pr?ctica las obras de Dios.? Ante esta inquisitiva, Jes?s les dio una respuesta simple:? que cre?is en el que ?l ha enviado (verso 29).

Ellos les pidieron m?s se?ales, pues no estaban conformes con el milagro de los panes y los peces.? Comenzaron a hablarle acerca del man? que comieron sus padres en el desierto.? Entonces Jes?s aprovech? la ocasi?n para decirles que ?l era el verdadero pan del cielo.? Esas personas, entre las que tambi?n hab?an disc?pulos suyos, como lo confirma m?s adelante el verso 60, fueron sol?citas al pedir el pan celestial.? Cuando Jes?s les confes? que ?l era ese pan de vida, les agreg?: os he dicho, que aunque me hab?is visto, no cre?is.? Todo lo que el Padre me da, viene a m?; y al que a m? viene, no le echo fuera (versos 36-37).

Desde ya se deja ver en la narraci?n la manera como Jes?s les enfatiza que no cre?an en ?l.? Esos disc?pulos ten?an voluntad de seguirle, quer?an comer el pan del cielo, buscaban otra se?al que les confirmase que Jes?s era el Mes?as esperado.? Pero Jes?s les rechaza, por cuanto les dio a entender que ellos no eran enviados del Padre.? Si hubiesen sido enviados por el Padre, entonces no les echar?a fuera, ya que la voluntad del Padre, como ?l aclara en el verso 39, es que de todo lo que le diere no pierda nada, sino que lo resucite en el d?a postrero.?

En ese instante comenzaron a murmurar, al calificarlo como el hijo de Jos?, un simple mortal.? Jes?s entonces les recrimin? su murmuraci?n, con el ?nfasis donde radicaba la causa de su murmullo:? Ninguno puede venir a m?, si el Padre que me envi? no le trajere (verso 44). ?Esto no es m?s sino una reiteraci?n de lo dicho en el verso 40, lo cual hab?a acontecido en previos instantes.? De inmediato, el Se?or les sermonea con lo dicho por los profetas:? Y ser?n todos ense?ados por Dios.? As? que, todo aquel que oy? al Padre, y aprendi? de ?l, viene a m? (verso 45).?? Se instituye la pedagog?a de Dios como el m?todo para acudir a Jes?s.? No bastaba con ver milagros, ni con escuchar sus ense?anzas.? Mucho menos con el ?nfasis en viajar por tierra y mar para averiguar m?s acerca de ?l.? Tampoco fue suficiente el que le preguntasen acerca de la manera de poner en pr?ctica las obras de Dios, ni que le pidieran el pan de vida para ellos comer.

Todo el inter?s mostrado en esos disc?pulos no sirvi? de nada, por cuanto no fueron ense?ados por el Padre.? Mucho menos fueron enviados por ?l hacia Jes?s.? He all? el signo de la predestinaci?n, lo cual los hac?a murmurar una y otra vez.? De nuevo surgi? la contenci?n entre ellos y frente a su impotencia se declar? la duda.? Como la zorra que al no poder alcanzar las uvas altas exclam?:? no importa, las uvas est?n verdes, as? estos disc?pulos comenzaron a decir algo similar. ?No pod?an alcanzar la salvaci?n, por lo tanto dijeron: ?C?mo puede ?ste darnos a comer su carne? ?All? se pusieron literales, pero no comprendieron la met?fora (verso 52).

Jes?s continu? con su ense?anza acerca de su sangre y de su carne.? Ellos ten?an la referencia de los sacrificios del Antiguo Testamento, donde el sacerdote oficiaba el roc?o de la sangre en el lugar Sant?simo sobre el propiciatorio en el Arca del Pacto.? Tambi?n sab?an lo que hac?an con la carne de los sacrificios.? Jesucristo estaba hablando de s? mismo, de su ofrenda por el rescate de su pueblo.? ?l era el que har?a alejar nuestras rebeliones, as? como el oriente est? lejos del occidente (Salmos 103: 12). ?Pero el contenido de sus ense?anzas no le resultaron beneficiosas a ese grupo de disc?pulos, pues finalmente exclamaron:? Dura es esta palabra, ?qui?n la puede o?r? (verso 60).

?Qui?n puede o?r la palabra de la predestinaci?n y no murmurar?? ?A qui?n puede parecerle una palabra suave de escuchar?? Solamente los que son enviados del Padre, pues de inmediato Jes?s, al conocer lo que sus disc?pulos murmuraban (verso 61) les dijo: ?Esto os ofende??? Como si le dijese a Arminio, ?esto os repugna?? Porque Arminio dijo que la predestinaci?n era una doctrina repugnante.? De inmediato, en el verso 64, Jes?s les dijo que algunos de ellos no cre?an, a los cuales les recalc?: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a m?, si no le fuere dado del Padre (verso 65).

La consecuencia inmediata se puede leer en el verso 66, donde se declara que desde ese momento muchos de sus disc?pulos volvieron atr?s, y ya no andaban con ?l.? Lo mismo sucede hoy d?a, dos mil a?os despu?s, pues muchos de los creyentes en Jes?s ya no andan con ?l por causa de la predestinaci?n. Tal vez anden metidos en los templos, cubiertos de religiosidad, pero de seguro es que han forjado para s? mismos un ?dolo, un nuevo Jes?s como el de Billy Graham, con un camino ancho y con cabida para una humanidad que ha sido llamada por un Dios que no es el Dios de la Biblia.?

Para colmo, como Jes?s que no buscaba seguidores que lo fuesen por su cuenta, les dijo al resto que quedaba - los doce - ?Quer?is acaso iros tambi?n vosotros? Pero Pedro le respondi?: Se?or, ?a qui?n iremos?? T? tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos cre?do que t? eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.? Jes?s entonces les aclar? que era ?l quien les hab?a escogido, incluso a Judas Iscariote, que era diablo, el cual le iba a entregar (versos 67-71).?

La ense?anza de la predestinaci?n por parte de Jes?s ha sido notoria. No solamente en este cap?tulo 6 del evangelio de Juan, sino en muchos otros escenarios de los textos b?blicos.? El tambi?n dijo que pon?a su vida por las ovejas, que muchos de los que le escuchaban no quer?an ir a ?l porque no eran de sus ovejas. Ese solo pasaje bastar?a para comprender su doctrina, pero para beneficio de nuestro aprendizaje abundan los textos que expresan su ense?anza.? De todas maneras, si eso fuese poco, el resto de la Biblia tambi?n declara esta doctrina, y sabemos toda la Escritura ha sido inspirada por Dios.? He all? el sello de la predestinaci?n.

C?sar Paredes

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Tags: SOBERANIA DE DIOS

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Jueves, 07 de noviembre de 2013 | 1:53

Amen.

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Jueves, 07 de noviembre de 2013 | 2:17

Amen.