Si Ad?n estuvo en forma neutra en el Ed?n, entonces tenemos que inferir que la influencia de Satan?s en la metamorfosis de serpiente fue mayor que la influencia del Creador. Eso har?a a Lucifer superior a su propio Creador. Inconcebible con lo que dicen las Escrituras al respecto, en donde se muestra que Satan?s es un ministro m?s del Alt?simo (Proverbios 16:4). El caso de Job lo ilustra ampliamente, pues es Jehov? quien le dice a su empleado - el diablo - ?Has considerado a mi siervo Job? Y luego le autoriza a Satan?s a que lo someta a ciertas pruebas glorificantes, en donde se demostrar? la consistencia de la fe de su siervo humano.? En esa voluntad ejecutiva de Dios, Satan?s es constre?ido y limitado a ciertas actividades sobre el justo en prueba, sin que pueda atentar contra su vida. La soberan?a de Dios es puesta de manifiesta en ese relato.
De manera que es imposible que en el caso del Ed?n Ad?n haya estado en una forma neutra, recibiendo mayor influencia de la serpiente que de la presencia de Dios y su palabra. La influencia recibida no aconteci? por su neutralidad, ni mucho menos por su inclinaci?n al mal, simplemente por un decreto divino. Ese decreto no nos fue revelado en el G?nesis, pero si nos fue manifestado a trav?s del resto de las Escrituras, en especial en el Nuevo Testamento, cuando leemos de la Providencia, de la voluntad sempiterna del Padre que todo lo que quiso ha hecho, y que hace todo conforme a su voluntad para su benepl?cito, y que a?n tiene contados los cabellos de nuestra cabeza, no permitiendo que ni un p?jaro caiga a tierra sin su decisi?n - que es m?s que su permiso.
Por cierto, es Mois?s quien escribe que las cosas secretas pertenecen a Jehov?, y las reveladas a nosotros. Ese decreto sobre la ca?da de Ad?n fue un secreto para Mois?s - tal vez - pues nunca habl? de ello, pero fue revelado en el Nuevo Testamento y clarificado ampliamente en el texto de Pedro, cuando dijo que el Cordero estaba preparado desde antes de la fundaci?n del mundo.? Un texto al final de la Biblia habla de la inmolaci?n del Se?or desde antes de la fundaci?n del mundo (Apocalipsis 13:8).
Aqu? se demuestra la relaci?n entre la ley y el pecado, ejemplificada por Pablo en su carta a los romanos. La ley es la fuerza externa, que bien puede simbolizar como ejemplo moment?neo el decreto divino, y el pecado simboliza la respuesta natural de nuestra naturaleza corrupta a ese decreto (la ley).
En s?ntesis, que el cojo no est? obligado a cojear, por fuerza externa a su propia cojera.? De manera que desde ese punto de vista Dios parece no ser responsable directo de los pasos torcidos del cojo. Sin embargo, eso poco importa a la hora de mirar qui?n es soberano realmente: ?el cojo en sus desviados pasos, o el Creador del mudo, del ciego y del cojo con sus defectos? ??Y Jehov? le respondi?: ?Qui?n dio la boca al hombre? ?o qui?n hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ?No soy yo Jehov?? (Exodo 4: 11). De esta forma, la humanidad y la creaci?n entera ha sido sometida a vanidad. A la generaci?n de Ad?n le ha sido impartida y concedida una naturaleza maliciosa, capaz de toda atrocidad como ha demostrado en su historia. ?El serrucho con el cual el hombre corta la madera est? torcido - en la vieja figura de Lutero, en De Servo Arbitrio-, y todas las tablas que corta quedan igualmente marcadas por el defecto. Asimismo, sigue Lutero, todo lo que el hombre haga bajo su naturaleza vil es obra vil. El punto es que Dios soberanamente impuso esa carga en la humanidad, a partir de Ad?n. Este nunca fue un hombre libre, como los defensores de Dios suponen, pues si eso hubiese sido cierto, si Ad?n no hubiese sido compelido por fuerza externa a caer en la tentaci?n, entonces Satan?s -representado por la serpiente- pudo manipular en mejor forma que el Creador mismo a la criatura. Esta suerte de dualismo es incompatible con la ense?anza escritural de un Dios absolutamente soberano que hace como quiere, incluso al malo para el d?a malo (lo cual implica que hizo al diablo para el d?a malo; poco importa que lo haya creado perfecto hasta un tiempo, llegado el momento en que le fue hallada maldad).? Esa maldad encontrada en Lucifer no fue producto de alguna generaci?n espont?nea, no fue sino soberana planificaci?n de Dios, pues de lo contrario ?c?mo explicar?amos que ?l es Dios, que nada escapa a su voluntad, que tiene absoluto control de todos los eventos, que hace como quiere, y que ten?a preparado a Jesucristo como Cordero expiatorio desde antes de la fundaci?n del mundo? Por cierto, no lo ten?a preparado como por si acaso, sino por necesidad de lo que en sus planes ya habitaba.
El gran problema se centra en qui?n cre? el mal.? El hombre no es capaz de actuar seg?n su libre arbitrio, ni Ad?n lo tuvo en ning?n momento, pues como dice 1 de Pedro 1: 20, Cristo fue escogido antes de la creaci?n del mundo, pero fue revelado en estos tiempos por nosotros. Si Cristo fue escogido para ser nuestro salvador (el de los elegidos), Dios supo acerca de la ca?da de Ad?n antes de crearlo.? Y sabemos que el conocimiento divino no es pasivo, sino activo. Dios decret? que la ca?da sucediese, y en consecuencia aconteci?. Por lo tanto, no hubo nunca libertad en Ad?n, y el Se?or hizo todas las cosas para ?l mismo: incluso al malo para el d?a malo (Proverbios 16: 4). En este punto, no podemos hablar de alg?n error de parte de Dios, y el mal no es un error sino algo correcto en su mente, ya que todo lo que Dios hizo fue bueno en gran manera. Desde la perspectiva divina el mal es v?lido, y eso no implica que ?l cometa pecado, pues el pecado es actuar contra su voluntad. Los ?ngeles ca?dos, los preservados, la humanidad entera, nunca fueron libres para tener otra opci?n que la que han tenido.? Incluso Satan?s fue perfecto hasta que fue hallado maldad en ?l, pero nosotros sabemos que ese mal hallado no fue una sorpresa para Dios. El ha hecho todas las cosas: ?Sonar? la trompeta en la ciudad, sin que el pueblo est? alerta?? ?Habr? acontecido alg?n mal en la ciudad, el cual Jehov? no haya hecho? (Am?s 3: 6).? Por consiguiente, es inconcebible que Dios cometa alg?n error en sus acciones.? Es igualmente irreal que el hombre sea libre, si est? en las manos del Creador como el barro moldeado por el Alfarero.? La intenci?n de Dios antes de la fundaci?n del mundo fue la creaci?n del mal, de los ?ngeles ca?dos, del hombre ca?do, as? como lo fue la redenci?n de su pueblo escogido.? Si llegamos a ser criaturas emancipadas, lo somos en la ?nica v?a en que somos liberados de la eterna condenaci?n, por su gracia.
C?sar Paredes
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