Dios no toma distancia del mal, simplemente afirma que ?l cre? todas las cosas y que ?l causa todos los eventos -buenos y malos.? ?Habr? alg?n mal en la ciudad, el cual Jehov? no haya hecho? (Am?s 3:6).? Y es que Nuestro Dios est? en los cielos; todo lo que quiso ha hecho (Salmo 115:3).? O tal vez este otro texto pueda seducirnos a creer lo que afirmamos: Todo lo que Jehov? quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos (Salmo 135:6). Si hubiere duda, leamos este otra exposici?n: Jehov? mata, y ?l da vida; El hace descender al Seol, y hace subir.? Jehov? empobrece, y ?l enriquece; abate y enaltece. El levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso...El guarda los pies de sus santos, mas los imp?os perecen en tinieblas...Delante de Jehov? ser?n quebrantados sus adversarios (1 Samuel 2: 6 - 10).? O qu? tal este otro pasaje encontrado por boca del soberbio rey Nabucodonosor, una vez que fuera humillado y que le fuera devuelta la raz?n: Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y ?l hace seg?n su voluntad en el ej?rcito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ?Qu? haces? (Daniel 4: 35). O tal vez haga falta este otro: Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y ca?mos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento (Isa?as 64:6).
Dios causa los desastres naturales y los desastres morales, de acuerdo a sus planes eternos. Fij?monos, por ejemplo, en el desastre moral del peor crimen que la historia haya sufrido. Fue planificado al m?s m?nimo detalle y fue cumplido a cabalidad seg?n lo pensado. Me refiero a la muerte del Hijo de Dios, asesinato ideado desde antes de la fundaci?n del mundo por Dios mismo. El principio l?gico que dice que quien puede lo m?s puede lo menos habr? de aplicarse ac?.? Si Dios fue capaz de planificar y ordenar el peor crimen de la historia humana, entonces es capaz de hacer los cr?menes menores. Todo orquesta de acuerdo a sus planes eternos e inmutables, pues dice que hizo al malo para el d?a malo (Proverbios 16:3). O demos un vistazo al libro de Job, en el cual Dios le dice a Satan?s que si ha considerado a su siervo Job. Fue idea de Dios todo lo que le aconteci? a su siervo, no fue idea de Satan?s, quien apenas fue su ejecutor, de acuerdo a los lineamientos del Todopoderoso. Cuando leemos Romanos 9 del 13 al 21, tambi?n nos encontramos con una tragedia moral, la de uno de los gemelos de Isaac. Dios am? a Jacob, pero aborreci? a Esa?, a?n antes de que hiciesen bien o mal, para que el prop?sito de la elecci?n permaneciese por el que llama, no por las obras del elegido o del reprobado. Pablo se pregunta (O Dios le ordena que se pregunte) si hay injusticia en Dios, a lo que responde: en ninguna manera. Dios responde a la objeci?n propuesta y rechaza al objetor al decir ?Y qui?n eres t? para que alterques con Dios?? En otros t?rminos, Dios le recuerda al hombre que ?l no es m?s que una olla de barro en manos del Alfarero.? Esto trae ac? otro texto de Isa?as: !Ay del que pleitea con su Hacedor! !el tiesto con los tiestos de la tierra! ?Dir? el barro al que lo labra: ?Qu? haces?;?o tu obra: ?No tiene manos? !Ay del que dice al padre: ?Por qu? engendraste? y a la mujer: ?Por qu? diste a luz?! ?As? dice Jehov?, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.?Yo hice la tierra, y cre? sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ej?rcito mand?.?Yo lo despert? en justicia, y enderezar? todos sus caminos; ?l edificar? mi ciudad, y soltar? mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehov? de los ej?rcitos (Isa?as 45: 9-13).
Es un recuerdo constante a trav?s de la Biblia, el que Dios le diga a su pueblo que ?l es el Hacedor y que nosotros no somos sino barro: ??No podr? yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehov?. He aqu? que como el barro en la mano del alfarero, as? sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel (Jerem?as 18:6).? Dios no hace acepci?n de personas, en el sentido en que no tiene preferencias por unas frente a otras, como si encontrase motivos inherentes a la persona objeto de su preferencia. El asunto est? muy claro a lo largo de las Escrituras, y es Pablo de nuevo quien retoma el tema record?ndonos que todos somos hechos de la misma masa, de tal forma que no hay privilegios inherentes a un tipo especial de barro frente a otra categor?a de arcilla. Es de la misma masa que son formados los vasos de ira y los vasos de misericordia. ?O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? (Romanos 9:21).
Sabemos que Dios no tienta a nadie a hacer el mal, sino que cada persona es atra?da y seducida de su propia concupiscencia (naturaleza perversa) para hacer el mal. Sin embargo, es Dios quien ha creado esa naturaleza da?osa - pues ciertamente de la misma masa que ?l form? en Ad?n, Dios mismo ha hecho los vasos de deshonra. Y sabemos que si el Cordero de Dios estuvo preparado o destinado desde antes de la fundaci?n del mundo (1 Pedro 2: 21), pero manifestado ahora por amor a los elegidos, entonces la ca?da de Ad?n tambi?n estuvo tan prevista como planificada.? Y es que nada puede acontecer en forma separada de Dios, ya que en ?l vivimos, nos movemos y somos, porque Dios no es un ser pasivo.
Dios nos manda a predicar a cada persona, no sabemos qui?nes son los elegidos, pero Dios se place en salvar a sus elegidos y en endurecer a sus reprobados. Dios no tiene motivos complejos, simplemente sus deseos son muy simples: todo lo que quiere hace.? Dios desea salvar solamente a los elegidos que ?l mismo ha escogido para tal fin; asimismo, desea condenar a los r?probos en cuanto a fe que ?l mismo ha escogido para dicha finalidad. Recordemos que no solamente no puso fe en ellos, sino que activamente los endureci?, pues hizo que sus mentes estuvieran contra el evangelio haciendo que fuese imposible para ellos creer en el evangelio. Pero una verdad es cierta, que nosotros no sabemos con antelaci?n qui?n es el elegido para salvaci?n o qui?n es el condenado para perdici?n. Incluso los simples lectores de la Escritura, o de estas exposiciones, no podr?n a ciencia cierta aseverar que son o no son escogidos para salvaci?n o perdici?n. S? sabr?n si lo son para salvaci?n una vez que hayan cre?do, una vez que hayan recibido el Esp?ritu, pues si alguno no tiene el Esp?ritu de Cristo, el tal no es de ?l (Romanos 8:9).? Ese texto nos lleva a asegurar que si se tiene el Esp?ritu de Cristo, entonces es porque tal persona ha sido elegida para salvaci?n.
No se trata de suponer que uno est? elegido para condenaci?n o para salvaci?n, pues la suposici?n de nada ayuda objetivamente. Pero es cierto tambi?n que quien huye de la doctrina de la gracia de Dios se hace sospechoso de convicci?n, mas no nos toca a nosotros decidir con antelaci?n a los ?ngeles, pues a ellos les corresponde separar el trigo de la ciza?a.? Sin embargo, en un libro de Pedro leemos que ?l pudo advertir de algunos cuya condenaci?n no se tarda (2 Pedro 2:3), pues ser?n reservados para el d?a del juicio.? Pudo conocerlos, como Cristo lo anunci?, pues el ?rbol malo no puede dar frutos buenos. Tenemos que presentar todo el sistema de doctrina b?blica y no un simple Dios te ama, pues no sabemos si m?s bien Dios odia a tal persona.? ?Qu? tal si le decimos a Esa? Dios te ama!?
Hemos de suponer y sostener que para un no creyente, la doctrina de la gracia y la elecci?n se vuelve un contrasentido.? Por el contrario, para un creyente -nacido de nuevo, en el cual habita el Esp?ritu de Cristo- la doctrina de la gracia y la elecci?n -que no es m?s que la doctrina de Cristo- cobra sentido, ya que Dios le ha garantizado la fe y la raz?n para que su mente sea iluminada, de tal forma que pueda comprender la mente de Dios.? Desde esta perspectiva, la doctrina b?blica se vuelve inconcebible para una mente irracional - en el sentido espiritual.?
Hechos 2:23 a ?ste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucific?ndole, y Hechos 3:18, Pero Dios ha cumplido as? lo que hab?a antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo hab?a de padecer, y Hechos 4:27 y 28, Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jes?s, a quien ungiste, Herodes?y Poncio Pilato,?con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo hab?an antes determinado que sucediera, muestran hechos predeterminados por Dios, pero nunca tales actos fueron libres para el hombre. La libertad en el hombre es apenas una vaga imaginaci?n. El hombre nunca ha sido un agente libre que origine sus propios actos, y eso no imposibilita que sea moralmente responsable.? Un esclavo del pecado est? obligado a pagar sus propios errores, poco importa que alegue que es esclavo y que no ha sido por su voluntad (ya que su voluntad siempre ha estado contaminada, nunca ha sido libre, ni siquiera en la cabeza federal de Ad?n, pues que tampoco era libre, pues fue creado para que errara el blanco, de otra forma no habr?a acontecido nuestra historia con el Redentor preparado desde antes de la fundaci?n del mundo -1 Pedro 1:20).
La teor?a teol?gico humanista presupone que debe haber un conocimiento previo en Dios, el cual es compatible con la libertad humana.? Si no hubiere esa libertad, ese conocimiento previo ser?a imposible.? En otros t?rminos, si Dios conoce el futuro lo hace a trav?s de la libre conducta prevista en sus criaturas.? De esta presunci?n se desprende el hecho de que existe libertad humana como precondici?n al conocimiento anticipado de Dios. Pero podemos invertir la presunci?n y afirmar que como el pre-conocimiento de Dios es cierto, entonces no existe libertad humana. Y esto lo decimos porque lo que Dios conoce por anticipado lo conoce de S? mismo, no de sus criaturas, como si estas fuesen independientes de ?l.? Dios no mira en una bola de cristal para ver el comportamiento libre de sus criaturas y poder despu?s profetizar.? Esa actividad estar?a bien indicada para un brujo, para un prestidigitador.? Pero el Dios soberano presentado en la Biblia nunca asoma tal posibilidad.
Otro tema de especial inter?s que se desprende del acto soberano de Dios en la elecci?n es lo referente a la oferta del evangelio, pues esta incrementa la culpabilidad del r?probo al rechazarla, por lo cual debemos asumir que no hay una sincera oferta de la buena noticia para cada criatura, sino solamente para los elegidos.? Para los r?probos en cuanto a fe, para Esa?, la presentaci?n del evangelio no es m?s que un instrumento de carga que aumenta su peso de culpabilidad. Dios ordena a la humanidad, dondequiera que se encuentre, a que se arrepienta - si bien solamente los elegidos obedecer?n y ser?n salvos. No obstante, por el decreto y providencia de Dios, los r?probos en cuanto a fe ya han sido destinados al infierno de condenaci?n eterna, y el escuchar y rechazar el evangelio de Dios aumenta su estado de culpa, lo cual no es otra cosa que lo que Dios exactamente quiere que acontezca (2 Corintios 2: 14-16).
Aqu? no hay dificultad aparente, puesto que esto es la voluntad de Dios declarada en su revelaci?n. Lo que la Biblia ense?a es responsabilidad humana, no libertad humana, y la responsabilidad no presupone necesariamente libertad. La deuda externa de una naci?n pesa como un fardo muy cargado sobre cada habitante de ese pa?s. Los reci?n nacidos cargar?n con esa deuda, y poco importa que se alegue que ellos son seres libres y que libremente no quieren asumir tal deuda. En otros t?rminos, el concepto de responsabilidad no presupone el de libertad, pues que esos reci?n nacidos no son libres para rechazar la deuda, no obstante deben acarrearla. De igual forma se podr?a decir que un esclavo del pecado no ha decidido voluntariamente ser siervo del mal. Sin embargo, eso no lo libera. No es cuesti?n de voluntad, como si la hubiera. Lo que s? es enteramente cierto es que todas las cosas habr?n de acontecer como Dios ha predeterminado que ocurran, por lo tanto Dios es un vencedor y nosotros somos m?s que vencedores, pues hemos sido guardados en el amor del Padre (1 Juan 3:1).
A partir de la figura utilizada por Pablo en Romanos 9, cuando habla del Alfarero y la arcilla, podemos deducir ?que los vasos para nobles prop?sitos no se forman a s? mismos a partir de la arcilla.? De la misma forma, la figura pone de manifiesto que los vasos para prop?sitos comunes tampoco se forman espont?neamente del barro, sino que es el mismo Alfarero quien los hace. Esto nos muestra a un Dios activo tanto en lo bueno como en lo malo, decretando de acuerdo a su voluntad eterna e inmutable, con nobles prop?sitos, pues todo lo que quiso ha hecho y todo lo que ha hecho ha sido bueno en gran manera. El mal - o el malo de Proverbios 16:4 - ha sido creado por su voluntad, y si ?l lo hizo, entonces es bueno que lo haya hecho. En esa did?ctica espiritual comprendemos que Dios sujet? el mundo a vanidad, por causa de aqu?l que lo sujet? a esperanza (Romanos 8:20). Aprendemos que tuvo misericordia de sus elegidos, que hace justicia en los reprobados, que fue una gran suerte para nosotros (Efesios 1:11 versi?n Reina Valera Antigua) el que nos haya llamado hijos (1 Juan 3:1), que sus caminos son insondables y sus riquezas interminables, pero que su voluntad es que le conozcamos a ?l junto con Jesucristo (Juan 17).
Finalmente, Jesucristo promete manifestarse a nosotros, los que tenemos y guardamos sus mandamientos, y nos ha llamado amigos, d?ndonos a conocer las cosas que ?l ha o?do de su Padre (Juan 14:21 y 15:15).
C?sar Paredes
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